El veto impuesto por el gobierno de Estados Unidos a Huawei ha tenido un impacto significativo en la operativa de la empresa china. Al estar prohibidos de colaborar con compañías estadounidenses para diseñar y fabricar sus propios productos, se han visto en la necesidad de buscar alternativas que les permitan mantener su producción de tecnología. Una de las estrategias más audaces que han surgido es la creación de una fábrica de semiconductores propia, lo que podría representar un cambio drástico en su modelo de negocio.
Según un informe de Financial Times, Huawei planea establecer una planta de chips dedicada en Shanghai. Con esta instalación, la empresa espera asegurarse una fuente interna de chips, minimizando así su dependencia de proveedores externos y de cualquier tipo de permisos que podría requerir del gobierno de EE. UU. para trabajar con aliados como Qualcomm o Intel.
Planes para la independencia tecnológica
Huawei carece de la experiencia necesaria para producir chips de forma independiente. Por esta razón, **podría asociarse con Shanghai IC R&D Heart**, una firma con experiencia en el diseño de semiconductores y que cuenta con el respaldo gubernamental de Shanghai. Este proyecto tiene como objetivo no solo mantener la producción interna de chips, sino también establecer un camino claro hacia la autosuficiencia tecnológica de la marca.
Si el plan se lleva a cabo de manera efectiva, Huawei podría comenzar la producción de chips de menor capacidad, comenzando con chips de 45 nm y avanzando progresivamente hacia tecnologías más avanzadas, como 28 nm y 20 nm. La ambición es que para finales de 2022, la compañía pueda utilizar sus propios chips en su infraestructura 5G, lo cual sería un hito significativo en su estrategia de independencia.
Reto a la competencia global
La competencia en la industria de semiconductores es feroz, con empresas como TSMC liderando el camino con chips que ahora alcanzan los 5 nm de arquitectura. Huawei está dispuesta a invertir en desarrollar sus capacidades para no quedar rezagada en este campo crucial, vital para su futura línea de productos, incluidos los smartphones, claramente afectados por la falta de acceso a tecnología estadounidense.
La capacidad de Huawei para fabricar su tecnología internamente no solo cambiaría el juego para ellos, sino que también podría tener implicaciones profundas en el mercado global de tecnología. Esto abre la puerta a una posible nueva era de mercado donde las empresas dependerán menos de las cadenas de suministro globales, algo que el clima actual de tensiones comerciales ha puesto en primer plano.
Aunque el movimiento hacia la producción interna de chips es prometedor, aún queda mucho camino por recorrer. Huawei necesitará continuar desarrollando tanto su tecnología como su capacidad de producción y, al mismo tiempo, buscar superar la prohibición de usar servicios y software de empresas estadounidenses, una carga adicional que limita su avance.
¿Puede realmente Huawei despegar de la dependencia estadounidense? Con cada avance en su capacidad técnica, el horizonte parece menos sombrío. Sin embargo, el tiempo decidirá si este esfuerzo los llevará a guiñar el ojo de la autosuficiencia y el éxito tecnológico.
