Los recientes esfuerzos de los científicos en la Estación Espacial Internacional (EEI) han revelado una solución posible para el problema de los hongos que afecta a los sistemas de recolección de agua. Este problema ha llevado a situaciones críticas donde las tuberías contaminadas tuvieron que ser enviadas de regreso a la Tierra para su limpieza, lo que representa un gran desafío para las misiones espaciales.
¿Qué son las biopelículas?
Las biopelículas son comunidades de microorganismos que se adhieren entre sí y a superficies sólidas. En la EEI, estos organismos pueden formar bloqueos graves dentro de los sistemas de recolección de agua, afectando así la salud de los astronautas y la funcionalidad de equipos esenciales. Esta acumulación de microorganismos crea un entorno propenso a infecciones y complicaciones en la salud de los astronautas, lo que empeora la situación al hacer que el mantenimiento del equipo sea más complejo y costoso.
La importancia de la investigación
La NASA ha destinado una gran parte de su presupuesto de 1.300 millones de dólares para mantener la operatividad de la EEI. La investigación sobre los microorganismos y sus efectos en el ambiente espacial es crucial, especialmente para futuras misiones a destinos como la Luna o Marte, donde el tiempo y la capacidad de regresar a la Tierra ante una emergencia se ven limitados.
Colaboración interinstitucional
Un equipo de investigadores de la Universidad de Colorado, el MIT y el Centro de Investigación Ames de la NASA se ha unido para estudiar las biopelículas presentes en la EEI. El objetivo fue analizar cómo estos microorganismos pueden ser controlados y, de ser posible, eliminados de los sistemas de recolección de agua.
Resultados prometedores
El estudio encontró que aplicar una capa de ácidos nucleicos en las superficies de los sistemas de recolección puede inhibir notablemente el crecimiento bacteriano. Este avance tiene el potencial de reducir la formación de biopelículas en un 74% en muestras terrestres, y sorprendentemente, un 86% en las muestras recolectadas de la EEI. Estas cifras son alentadoras y sugieren que este método podría ser un paso efectivo hacia la minimización de obstrucciones en los sistemas críticos de la EEI.
Desafíos futuros
Aunque los resultados son prometedores, los investigadores advierten que es necesario realizar más pruebas a largo plazo en el espacio. Pamela Flores, una de las expertas involucradas, señala que «no sabemos cuánto tiempo podrá mantener este rendimiento», lo que requiere un análisis continuo para asegurar que las soluciones adoptadas son efectivas y sostenibles.
Conclusión
La investigación actual refleja la necesidad urgente de entender y manejar los impactos de los microorganismos en las operaciones espaciales. Las implicaciones de estos hallazgos no solo son significativas para la EEI, sino también para las futuras expediciones lunares y marcianas. La capacidad de los científicos para abordar estos desafíos podría cambiar la forma en que operamos en el espacio, haciendo de la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías una prioridad esencial para nuestras misiones futuras.
