El grupo G7 de naciones industrializadas reafirma su apoyo a Taiwán en medio de tensiones crecientes con China
A raíz de los recientes comentarios del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre la necesidad de que la Unión Europea mantenga una distancia de las tensiones entre Washington y Pekín respecto a Taiwán, el G7 ha decidido generar un consenso sobre la importancia de apoyar a Taiwán. Este pronunciamiento se produce después de una reunión de tres días de ministros de Relaciones Exteriores de los países del G7 celebrada en Japón.
En este evento, se lanzó una declaración conjunta en la que se hace un llamado a Pekín para que se abstenga de cualquier forma de coacción hacia Taiwán. Los países miembros también reafirmaron su compromiso de «intensificar, coordinar e implementar plenamente» las sanciones contra Rusia tras la invasión de Ucrania.
El ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Yoshimasa Hayashi, subrayó la fortaleza de la solidaridad entre los ministros del G7, afirmando que nunca había sido tan fuerte como en este momento.
Sin embargo, la declaración del G7 provocó una fuerte reacción de Beijing, que acusó al grupo de interferir gravemente en sus asuntos internos. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China emitió una nota diplomática contundente a Japón, quien ha actuado como anfitrión de la reunión del G7.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha manifestado su preocupación por la actual situación, advirtiendo que “el futuro de Ucrania podría ser el mismo que el de Asia oriental”. Este llamado a la unidad internacional tiene como objetivo enfrentar las amenazas a la seguridad en la región del Indo-Pacífico, especialmente con la cumbre del G7 que se llevará a cabo el mes próximo en Hiroshima.
Los ministros del G7 acordaron realizar reuniones periódicas para discutir temas relacionados con el Pacífico, reafirmando que las posiciones de los países miembros sobre Taiwán no han cambiado, a pesar de que China continúa reclamando la isla como parte de su territorio y amenazando con usar la fuerza si es necesario.
Durante los pronunciamientos en la reunión, hubo un evidente tono de unión y colaboración entre las naciones del G7, enfatizando que la seguridad en la región no es solo un asunto de Taiwán, sino que afecta directamente a todos los países aliados.
La reciente saga diplomática ha puesto en evidencia la complejidad de las relaciones internacionales en la región, donde múltiples actores, tanto aliados como adversarios, se encuentran involucrados. Esta situación se considera crucial ya que el G7 se enfrenta a los desafíos que plantea la República Popular China.
Por otro lado, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, mencionó que las conversaciones del G7 reflejan una «convergencia notable en las preocupaciones sobre la República Popular China» y la respuesta internacional que se debe dar a los desafíos presentados por dicho país.