«Si en 2030, de acuerdo con nuestros planes, podemos ponerlo en órbita, será un avance colosal», dijo la agencia de noticias Interfax, citando al director de Roscosmos, Dmitry Rogozin. «La voluntad está ahí para dar un nuevo paso en la exploración espacial humana global».
Los cosmonautas rusos han trabajado con sus homólogos en los Estados Unidos y otros 16 países en la EEI desde 1998, una de las áreas de cooperación más cercanas entre Moscú y Washington, cuyas relaciones se encuentran actualmente en una profunda crisis de derechos. Derechos humanos, ciberataques y multitud de otras cuestiones.
El viceprimer ministro Yuri Borisov dijo en la televisión rusa este fin de semana que Moscú informará a sus socios de su intención de abandonar el proyecto ISS a partir de 2025.
Rogozin dijo que la estación rusa, a diferencia de la ISS, probablemente no estaría tripulada permanentemente porque su trayectoria en órbita la expondría a una radiación más alta.
Pero los cosmonautas lo visitarían y también usarían inteligencia artificial y robots.
Dijo que Rusia estaba dispuesta a considerar la posibilidad de permitir la visita de equipos extranjeros, «pero la estación tiene que ser nacional … si quieres hacerlo bien, hazlo tú mismo».
Interfax citó a una fuente anónima diciendo que Rusia planeaba gastar hasta $ 6 mil millones para iniciar el proyecto.